Descripción del producto
La primera referencia que se tiene del uso ceremonial de la campiña es de los antiguos Egipcios. Conocida también como «Campiña de las Ofrendas o «Campo de las Ofrendas» o «Campos Elíseos de los Egipcios», era un lugar de fértiles campos, donde reinaba el dios que soporta o eleva el cielo, asimilado por los griegos con Atlas. El nombre, en egipcio, tiene varios significados, como Paz, Fortuna, Felicidad, Reposo, Poniente o lugar por donde se pone el Sol, y también Ofrenda.
Según la definición actual del término, es un terreno amplio con tierras que se destinan o se han destinado en el pasado a la labranza. El término tiene su origen etimológico más remoto en el vocablo latino campanĭa.
La campiña y sus árboles son auténticos reductos vegetales de lo que fueran antaño bosques y que ahora representan un grandísimo valor ecológico, cuyas bayas y semillas nutren a una abundante fauna que además aprovecha su intrincada estructura para guarecerse e instalar sus nidos. Característico de la campiña es también la variada estacionalidad de las especies que la aprovechan a lo largo del año. Durante el invierno es muy notable la llegada de inmigrantes e invernantes.